Intervencionismo del Estado en la historia económica de Venezuela
Uno de los mayores dilemas
económicos en cualquier sociedad, nación u organización política es, sin lugar
a dudas, y creo continuará siendo, el rol que debe ocupar y el tamaño que debe
tener el Estado en la economía. En Venezuela, el Estado se ha desempeñado en
distintos campos dentro del sistema económico y en las últimas décadas, con la
aparición del petróleo, ha ido abarcando nuevos espacios, tornándose más y más
grande con cada uno de los gobiernos que toman el control de esta nación. Si bien
es cierto que la teoría económica, a través de los distintos pensamientos
surgidos a lo largo de los siglos de estudio de la ciencia económica, mencionan
la existencia del Estado como un agente económico, aun no se ha logrado un
acuerdo sobre el grado de participación que debe tener el mismo, ya que
distintas escuelas del pensamiento económico tienen visiones disimiles, como,
por ejemplo: la escuela liberal y la austriaca, que ven el Estado como agente
distorcionador de la economía; para la keynesiana, un agente encargado de
supervisar y de intervenir la economía solo en épocas recesivas;para la
neo-liberal, es un agente controlador y hasta protector del sistema
económico;mientras que para el socialismo, el Estado lo podemos resumir como la
forma de ir socializando los medios de producción.
Para Carlos Rangel, un destacado
periodista y académico venezolano, el intervencionismo del Estado en la
economía es una “herencia del imperio español”, ya que este tenía al
mercantilismo como su doctrina económica y al momento de alcanzar la
independencia de España, no solo Venezuela sino también el resto de los nuevos
países del continente, adoptaron el sistema mercantilista con algunas que otras
variantes, lo que al final desencadenó en la región un periodo de caudillismo y
dictadores que mantenían un control político, social y económico, como un modo
de contener el poder de la nación; En la actualidad, esta situación no ha
cambiado, ya que, el Estado se ha convertido, citando nuevamente a Carlos
Rangel, en un “gigante de cerebro minúsculo y sin control de sus actos, y que
sin embargo persiste en postularse como único capaz de conducir hasta en sus
más mínimos detalles la vida de una sociedad a la cual supone menores de edad,
en eterna necesidad de tutela”.
En Venezuela nunca ha existido un
Estado pequeño, ni cuando éramos colonia española, ni durante nuestro periodo
de independencia y menos posteriormente a ella, tampoco fue un Estado pequeño
durante los gobiernos llamados “liberales”, que realmente eran de caudillos que
aspiraban el poder; Los gobiernos militares que han abundado en la historia presidencialista
de Venezuela, tampoco trataron de disminuir el intervencionismo, generalmente
lo impulsaban como una manera de aferrarse al poder; Incluso, durante la época
más larga de democracia en el país, el Estado intervino más en la economía
debido a la bonanza en los precios del petróleo. En estos últimos diecinueve
años del país el intervencionismo económico ha reemplazado sectores antes
manejados por la pequeña y mediana empresa privada, limitando y controlando aun
más la economía nacional.
El mayor negocio en Venezuela,
podemos decir sin temor a equivocarnos, es apropiarse del Estado, o en su
defecto, ser amigo, cómplice, compadre o sirviente de quien está al frente del
mismo. Esto genera grandes problemas de corrupción, tráfico de influencias e
incluso que se protejan industrias o empresas de los llamados amigos del
Estado, llevando consigo un sistema económico privado dependiente del Estado a
través de subsidios y dádivas que fomentan la in-eficiencia de nuestro sector
privado y con ello la poca competitividad que tiene nuestras empresas a nivel
internacional, siendo esto considerado como una de las mayores consecuencias
para el subdesarrollo de nuestro país. Este intervencionismo económico ha
creado monopolios naturales, además de incentivar prácticas monopólicas de
sectores privados; sin mencionar que ha atacado al sector terciario, a los
petrodólares, haciendo que este sector fluctué conforme lo hacen los precios
del petróleo.
Otras características que ha tenido
el intervencionismo de Estado en la economía nacional son los continuos
déficit públicos, producto de los excesivos gastos que se realizan, sobre
todo, para cubrir el pago de sueldos y salarios que mantienen la estructura
burocrática nacional; La dependencia de un único producto a exportar (ya casi
un siglo de petróleo), el cual se ha convertido en un mal para el país debido
al rentismo, que se ha institucionalizado en el país, y del que toda la
población aspira su tan anhelada gota; En las ultimas tres décadas se ha estado
cubriendo los déficit fiscales con emisión de dinero inorgánico, generando
periodos inflacionarios cada vez más agudos; Sin contar que el Estado
venezolano, para mantener sus incrementos en el presupuesto nacional, se
endeuda con países u organismos internacionales. Incluso, estos endeudamientos
los realiza en épocas de altos ingresos petroleros.
Sin duda alguna si se quiere
mejorar la situación económica nacional, lo primero que se debería de tomar en
consideración es la reducción del Estado en la economía, para que sea el
ingenio privado el que se encargue de
crear riqueza y de garantizar los bienes y servicios que se necesitan en el
país, así como, dejar de causar trabas burocráticas para formalizar ideas de
negocios, dejar ese paternalismo que existe por unos ideales más compatibles
con la libertad humana y libre elección (libre albeldrío).
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